Inducido, por succión, por pastillas, por inyección… Todas son formas crueles de lograr un mismo objetivo: abortar.
Pensar en esto sinceramente me causa mucha pena y lástima, la vida es un derecho que debe ser dado a pesar de las dificultades que se presenten; tampoco digo que deba ser ignorada cierta dificultad, pero es de un ser y de la vida de que quien se está hablando, y no debería ser arrebatada de una manera tan aberrante.
“Creo que si los países ricos permiten el aborto, son los más pobres y necesitan que oremos por ellos, pues han legalizado el homicidio”. Así declara la madre Teresa. Concuerdo con ella, esto es visto en cierta forma como un asesinato a un ser que ni siquiera ha nacido y a quien se le está quitando la vida por un problema que quizás, no debería ser considerado como tal, pues en dicho caso, tal problema tiene solución.
Esta acción desesperada no sólo daña a la criatura, sino también a la persona que la practica: puede quedar estéril si se dejan restos del niño en el útero, ocasionarle hemorragias, pérdida de otros órganos, nacimientos venideros de niños muertos, graves consecuencias psicológicas e incluso la muerte. Tal es el caso de una joven de 21 años que falleció al momento de practicarle un aborto de forma insegura el pasado 20 de febrero en el Hospital de Maldonado, Uruguay. País que recientemente había legalizado este tipo de prácticas.
Asimismo, un reciente estudio realizado por la OMS arrojó que aproximadamente cuarenta y cinco por ciento de las adolescentes (menores de 19 años) embarazadas han abortado, lo que nos sugiere que la mayoría de ellos recaen en manos de adolescentes. Por cada 100 embarazos en menores de 19 años, hay 36,6 abortos.
Siguiendo la línea de las estadísticas, una investigación realizada por una organización provida en México, dio a conocer que las muertes maternas en el mundo son de 515.000, de las cuales el 18.7% son a causa de un aborto.
Sin duda alguna, uno de los argumentos más utilizados por aquellos que están a favor del aborto, manifiesta que no tiene nada de malo practicarlo debido a que la criatura aún no puede ser considerada un ser como tal, sin embargo, veamos lo que nos dice el famoso escritor Gustavo Ortiz Millán en su libro La moralidad del aborto: “el aborto constituye una discriminación injustificada hacia el “concebido no nacido”, ya que éste puede considerarse -moralmente- sujeto de derechos incluso antes del primer trimestre de embarazo, toda madre que lo practica no solo comete un homicidio, sino también un suicidio”.
Además, como si los datos ya mostrados no bastaran, es importante agregar que quien practica este tipo de cosas está quebrantando la ley Dios, puesto que Éste nos deja muy en claro en su quinto mandamiento que no debemos matar, y que aborrece las manos que derraman sangre inocente, ¿Quién querría pues, ser aborrecido por el creador de este mundo?
Definitivamente, la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de su concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos como persona, entre ellos, el más inviolable de todos: el derecho a la vida.
Existe una carta de un bebé hacia su madre que me conmovió mucho, he aquí a modo de término a las presentes reflexiones:
-Hola mamita, ¿cómo estás? Yo muy bien gracias a Dios.
Hace apenas unos días que me concebiste en tu pancita. Realmente no te puedo explicar lo contento que estoy de saber que tú vas a ser mi mamá y, otra cosa que me llena de orgullo, es ver el amor con el que fui concebido.
Mamita, ya hacen unos meses que estoy aquí y comienzo a ver cómo mi cuerpecito empieza a formarse, ya sé que no soy tan lindo como tú, pero ¡dame una oportunidad! Estoy muy feliz, pero hay algo que me preocupa. Últimamente he notado que hay algo rondando en tu cabecita que no te deja dormir, pero está bien, eso pasará. No te preocupes.
Mamita, ha llegado el tiempo, estoy muy contento con mis nuevas manitas, ya tengo ganas de usarlas para jugar…
¡Yo son 6 meses mami! Te noto muy deprimida, no entiendo qué pasa, estoy muy confundido. Hoy por la mañana fuimos al doctor y no entiendo el porqué, si yo me siento muy bien ¿Acaso tú te sientes mal, mami?
Madre, ya es de día, ¿A dónde vamos? Espera mamita, no te acuestes, apenas son las dos de la tarde, no tengo sueño y quiero seguir jugando con mis manitas.
¿Qué hace este tubito en mi casita? ¿A poco es un juguete nuevo? ¡Esperen! ¿Por qué están succionando mi casita? ¡Esa es mi mano!
Señor, ¿Por qué me la arrancan? Que no ven que me duele…Mami ayúdame, estoy muy pequeño para defenderme…
Querida madre, ya han pasado 5 años desde aquel día, desde aquí observo como todavía te duele esa decisión que tomaste. Descuida, sé que no fue tu intención, por favor ya no llores, acuérdate que aquí estoy esperándote con muchos abrazos y besos.
Te quiere mucho…
Tu bebé.
Escritor anónimo