Colon

El Diario de Colón – Análisis

 El Diario A Bordo de Colón – Un recorrido por el nuevo mundo

 

Luego de haber examinado de manera parcial las aventuras vividas por Colón en su travesía hacia el Nuevo Mundo, se puede apreciar que el Diario a Bordo, pasa de ser un material reservado a la divulgación de información para los reyes católicos, a ser un texto puramente descriptivo y narrativo en el que su autor plasma los acontecimientos y reflexiones personales surgidos en el trayecto hacia Las Indias.

Ante todo, es un escrito que en sus inicios refleja ilusiones, así como también, en alguna que otra ocasión, las decepciones, dudas, miedos y nerviosismo de toda una tripulación que se enfrentaba con la incertidumbre y la inmensidad del océano.

Es importante agregar que los apuntes de Colón muestran cierto grado de complejidad, pues en ellos se cruzan distintas razones de escritura: por una parte la obligación de escribir para informar a los Reyes Católicos y por otro, la necesidad de poner en orden su experiencia. Esto culmina en la creación de una especie de mapa en forma de diario personal.

Del mismo modo, se puede notar que Colón miente constantemente respecto a las millas recorridas, según él, para que la gente no se espantara ni si desmayara.

Sin embargo, un 14 de septiembre, las esperanzas e ilusiones resurgirían cuando los navegantes de la carabela Niña vieran un Garjao y un rabo de Junco, aves que nunca se separan de la tierra, a lo mucho 25 leguas.

Tristemente, 12 días después se darían cuenta que aquella idea ilusoria no era más que el inicio de un largo y abrumador camino.

Todo cambiaría cuando el 12 de octubre de 1492 los sueños de estos entusiastas se vieron realizados. Arribaron en una isla conocida como Guhananí, en la cual hallaron personas de muy hermosos cuerpos, buenas caras y que, utilizando la propia analogía de Colón, tenían cabellos gruesos como sedas de cola de caballo.

Algo curioso es que el día 12 de octubre no queda reflejado en el diario, por lo que se puede deducir que Colón lo relató un día después o bien, que el descubrimiento realmente se hizo un 11 de octubre.

Si bien Colón no era un escritor nato, su lado poético saldría a flote al verse maravillado por la belleza del continente, misma que hizo que su genialidad estallara en páginas de gran majestuosidad y sensibilidad.

Hay que decir que, abrumado por lo que sus ojos contemplan, este prefiere reescribirlo con los ojos de su imaginación, y al hacerlo se sirve de una serie de recursos literarios tales como: metáforas, analogías y muy especialmente, hipérbole, de la cual abusa frecuentemente presentando un mundo totalmente idealizado y perfecto.

Así pues, se comprueba que efectivamente, el navegante no lleva a cabo una descripción objetiva de la realidad americana, sino una exageración de los elementos que conforman el nuevo mundo.

En cuanto al personaje, por la forma de expresión, se puede identificar a una persona optimista, visionaria, triunfadora y, según el propio Colón, protegida y elegida por Dios para realizar una de las más grandes hazañas de la humanidad.

Sin lugar a dudas, el Diario a Bordo de Colón constituye el mejor libro de historia para conocer las aventuras y sucesos que tuvieron lugar en el mayor acontecimiento de todos los tiempos, pues al final, ¿Quién mejor para contar algo que aquel que lo vivió en carne propia? En este caso, el protagonista de dicho suceso, el Almirante Don Cristóbal Colón.

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