Ahora bien, ¿Cómo una persona, luego de haber emitido denigrantes comentarios sobre varios segmentos de la población (entre ellos la mujer) pudo coronarse como vencedor?
Quizás pudo haber sido porque la candidata del partido demócrata enfocó su campaña en algo que no era de tanto interés para la población mayoritaria de los EE.UU: la inmigración. Sabemos que para éstos, algo más relevante era la economía del país y su seguridad, y claro, el candidato Trump basó prácticamente su campaña publicitaria en este aspecto; asegurando la construcción de un muro fronterizo y la generación de nuevos empleos.
O también podría estimarse que los resultados de las elecciones del 2012 influyeron en los resultados de las últimas, ¿De qué manera?
Como es sabido, la mayor población de los EE.UU (los blancos), no estaba muy a gusta con la elección de Barack Obama como presidente en el 2012 a causa de su color. En consecuencia, podríamos suponer que a modo de “venganza” por así decirlo, los habitantes decidieron no votar nueva vez por el partido Demócrata, inclinándose esta vez por el Republicano.
Aunque por otra parte, muchas de las personas que residían en Estados claves para alcanzar la victoria estaban en contra del aborto, uno de los principales objetivos de Trump era prohibirlo, mientras que el de Clinton, era aprobarlo.
En definitiva, no sabemos cómo pasó, pero me parece incoherente y un poco deprimente que un país no racista haya elegido racista a un presidente, pero al fin y al cabo, soy partidario de la democracia; y si la nación así lo quiso, esperemos que no haya sido una mala decisión. Al final, -como decía Ghandi- si un presidente es demente o estúpido, los aún más dementes que lo escogieron, están bien representados.