Estrategias de Enseñanza – Aprendizaje del Nivel Primario y Nivel Secundario: Comparación

Las estrategias de enseñanza y aprendizaje son secuencias de actividades y procesos que permiten la construcción de conocimientos y el desarrollo de competencias, posibilitando de esa manera que el estudiante enfrente distintas situaciones y aplique sus conocimientos en diversos contextos.

Entonces, en un ambiente curricular que pretende el desarrollo de competencias en el estudiantado, es necesario que tanto el nivel primario como el secundario se apoyen en un método general para lograrlo: la implementación de estrategias de enseñanza y aprendizaje.

Ahora bien, tomando en cuenta que se trata de niveles distintos (con protagonistas distintos), conviene preguntarse lo siguiente:

¿Son aplicables las estrategias de un nivel en el otro?
¿En qué medida difieren unas de otras?
¿Hasta qué punto son semejantes?

Para responder estas interrogantes lo que inmediatamente se hace necesario es familiarizarnos con cada una de estas estrategias y analizarlas con detenimiento; pero antes, cabe resaltar la primera semejanza que existe entre las de uno y otro nivel, su objetivo: promover el aprendizaje significativo de manera tal, que los estudiantes puedan utilizar el conocimiento para resolver situaciones que se le presentan en la vida diaria.

Aclarado esto, ahondaremos un poco más y, para hacerlo, empezaremos con aquellas que son comunes a ambos niveles, veamos:

Aprendizaje basado en problemas

Tanto en uno como en otro nivel, esta estrategia converge en lo mismo: partir de una situación problemática para intentar resolverla.
Sin embargo, es válido mencionar que en el nivel primario ésta es presentada como una estrategia exclusivamente de aprendizaje, mientras que en el secundario es presentada también como una de enseñanza.

Si analizamos bien los postulados que se muestran en ambos diseños curriculares podremos observar que en el nivel primario se parte únicamente de una situación real; por otra parte, en el nivel secundario además de ésta última, puede ser el propio docente quien elabore la situación de la cual se partirá. Por tanto, este nivel la ve también como una estrategia de enseñanza.

Esta particularidad la señalaremos como la diferencia número 1.

Aprendizaje basado en proyectos

En esta estrategia no se observan diferencias significantes, en ambos niveles tienen los mismos aspectos fundamentales que explican su valor y, de igual forma, parten del mismo recurso.
La única diferencia que se observa entre un diseño curricular y otro, es que en uno de ellos se establecen las etapas principales de esta estrategia (nivel secundario) y en el otro no.
Esto se deba quizás –sólo quizás– a que en el nivel secundario este proceso se presente de una forma más compleja y rigurosa.

Aunque un tanto insignificante, ésta la señalaremos como la diferencia número 2.

Indagación dialógica

Aquí se hace especial énfasis en la importancia que tiene la pregunta para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En ambos niveles se rescata el valor de realizar preguntas abiertas que estimulen el pensamiento crítico y analítico.

Debate y estudio de casos

Estas estrategias han sido agrupadas porque en ellas se presenta un dato curioso.
El nivel primario las muestra como técnicas, mientras que el secundario lo hace como estrategias. Si tomamos en consideración la diferencia que existe entre uno y otro concepto, llegaremos a la conclusión de que el nivel secundario considera estos procesos un poco más abarcadores y de que se realizan de forma más meditada. A diferencia del nivel primario que los considera como procedimientos más sencillos que se ejecutan para llevar a cabo una tarea determinada.

Ésta, ya un poco más significativa que la presentada anteriormente, la señalaremos como la diferencia número 3.

Aprendizaje por descubrimiento y sociodrama

En este caso también se han agrupado dos estrategias, pero en contraposición al caso anterior, por no presentar diferencia alguna.
En ambos niveles se trata de lo mismo, en el caso del sociodrama, de la simulación y el diálogo de personajes con el fin de emocionar y promover la reflexión.
Y en el caso del descubrimiento, valerse de la curiosidad para la búsqueda e identificación de información, así como también del uso de la realidad para la acumulación de conocimientos.

Bien, pasemos ahora a las estrategias no comunes:

El juego

Esta es propia del nivel primario, podremos suponer el porqué. Los niños aman jugar y aunque sería un crimen excluir a los adolescentes de esa realidad, nadie puede negar el hecho de que en los niños (11 años hacia abajo) la incidencia y el impacto del juego es mucho mayor.
El juego cumple un papel fundamental en el desarrollo del infante, así capacidades como la afectividad, la motricidad y la creatividad se estimulan en el momento en que el niño juega.

Estrategia expositiva de conocimientos acumulados y estrategia de inserción de maestros y alumnos en el entorno

Éstas han sido recogidas por existir únicamente en el nivel secundario. Si lo analizamos con detenimiento, este hecho tiene razón de ser.
En el caso de la estrategia expositiva de conocimientos acumulados, tiene sentido que sólo aparezca en el nivel secundario, pues es precisamente el nivel primario quien tiene la tarea de lograr el desarrollo cognoscitivo del niño, desarrollando en él competencias comunicativas y expositivas que lo preparen para su ingreso al nivel secundario, y entonces sí, hacer uso de esta estrategia. Por consiguiente, no tendría mucho sentido que la misma se utilice en el nivel primario.
En el segundo caso, como la estrategia de inserción de maestros y alumnos al entorno conlleva algunas actividades como visitas y excursiones, puede suponerse que ésta sólo se encuentre en el nivel secundario por la sencilla razón de que para estos fines es mucho más fácil lidiar con adolescentes que con niños (en términos de cuidado, atención, etc).

Entonces, la inexistencia en el nivel primario de una estrategia del nivel secundario – y viceversa– la catalogaremos como la diferencia número 4.

Bien, hemos llegado a la parte final de este análisis y podemos decir que, sin duda alguna, todo proceso educativo, independientemente del nivel en el que se lleve a cabo, ocurre en el curso de una acción y marca un itinerario para poner de manifiesto cómo se ha llegado a una meta determinada. Estas estrategias le brindan al docente un mecanismo para que pueda cumplir con su cometido pedagógico de forma más satisfactoria y entretenida, pero para que esto se complete, dichas estrategias deben ofrecer oportunidades para integrar las distintas áreas curriculares en el abordaje de las situaciones y/o problemas. Entonces así – y sólo así – todo este proceso adquirirá su verdadero valor y significado.

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